Los diarios de Andy Warhol: más allá del arte pop

A Andy Warhol se le reconoce inmediatamente como el artista más representativo del pop art. Sus serigrafías de las Sopas Campbell, las Cajas de Brillo, los retratos de Marylin Monroe y otras figuras de la época, ya son un emblema del arte del siglo XX. Y, por supuesto, ejemplifican la sociedad de masas y de consumo que se extendió de Estados Unidos hacia el mundo a partir de la década de 1960.

Sin embargo, cuesta encontrar en nuestra mente una pieza artística emblemática de Andy Warhol posterior a esa década de 1960 en la que fue uno de los iconos del arte. Todo eso a pesar de que el artista pop murió en 1987 y no dejó de crear en ningún momento de su vida.

¿Qué pasó entonces con el arte de Warhol de finales de los 70 y de principios de los 80? Además, un creador como él, que estaba atento a aquello que pasaba de la sociedad, ¿cómo interpretó la década de los 80 con todos sus cambios y peligros, habiendo conocido la libertad de los 60?

Este es el vacío que llenan los seis capítulos de la serie documental de Netflix Los diarios de Andy Warhol.

Los Diarios de Warhol en respuesta a su atentado

El 3 de junio la escritora feminista Valerie Solanas disparó a Andy Warhol en el ascensor de su estudio de The Factory. A partir de este hecho, el artista se ve con la necesidad de documentar qué le sucede en su vida. Y decide registrar su día a día a través de las llamadas por teléfono a su secretaria y amiga Pat Hackett.

Las transcripciones se publicaron en los Diarios en 1989. En ellos se puede encontrar qué pensaba Warhol de sus amigos y conocidos, ya que se expresa con absoluta franqueza. Muchos piensan que el creador no hubiera querido publicarlos nunca o que incluso son una invención de la secretaria, aunque en la serie documental aparece Pat Hackett defendiendo que el propio Warhol tenía esta publicación en mente.

En Los diarios de Andy Warhol se intenta explicar el lado humano del artista, especialmente en lo referido a sus parejas, a partir de lo que dictó en vida y de las palabras de expertos en el artista y de algunos amigos de los protagonistas, que hablan casi medio siglo después de la muerte de Warhol. El Museo y la Fundación de Andy Warhol han dado el visto bueno a los contenidos y han proporcionado muchas de las imágenes que se ven en el documental.

Sin embargo, tanto los Diarios como de Los diarios de Andy Warhol ofrecen una importante valoración del arte de la época menos famosa de uno de los puntales del arte pop.

El arte de Warhol después de la fama del arte pop

En la serie documental de Los diarios de Andy Warhol se recuerda el gran arte que hizo grande a Warhol en la década de 1960: su creación de The Factory, sus serigrafías y su cine experimental.

Pero en los Diarios Andy Warhol cuenta que a finales de los 70 y principios de los 80 se veía acabado, encasillado. Era el artista más famoso de Estados Unidos y todo el mundo distinguía sus obras, pero como pasa con esos grupos musicales que siguen publicando discos que quedan invisibilizados por sus antiguos grandes éxitos, la obra reciente de Warhol parecía no interesar.  

A pesar de esto, continuaba creando. Algunas de las obras quedaron sin comprador. Incluso algunas piezas se mantuvieron inéditas. Pero la necesidad de crear, de innovar, de sorprender, era innata en Warhol.

Una época de cambios: Warhol y las tecnologías de la comunicación

El documental de Netflix Los diarios de Andy Warhol cuenta cómo el artista estaba atento a todos los cambios tecnológicos que se iban produciendo. El creador del pop art quería ser innovador tomando las tecnologías que tenía a su abasto.

Había creado un programa para la televisión por cable, Andy Warhol’s TV (1982). Posteriormente, en 1986 creó un programa para la recién nacida MTV, Andy Warhol’s Fifteen Minutes. El arte estaba en la pantalla.

Sin duda, hoy Andy Warhol sería un Youtuber o un streamer.

Otro de los aspectos interesantes es ver la intervención de Warhol en la presentación del ordenador Amiga 1000, de Commodore Internacional. Así, el 23 de julio de 1985 en el Lincoln Center estuvo haciendo una demostración en directo de cómo pintar con un ordenador, con un programa manifiestamente mejorable. Pero parece que Warhol tenía la necesidad de ser un artista a la cabeza de la vanguardia.

Nacimiento del arte del grafiti

El arte del grafiti estaba presente en Nueva York desde los años 70. Era una manifestación urbana de la Gran Manzana dentro del universo creativo que vivía la ciudad en aquellos años. En el primer capítulo del documental de Netflix Hip-Hop Evolution se habla de esta generación de jóvenes que crearon la música rap en paralelo a la expresión artística del grafiti.

Algunos de los primeros grafiteros se inspiraron en el arte de Andy Warhol. El artista Fab Five Freddy llevó las icónicas latas de Sopas Campbell a los vagones de metro. Los circuitos de arte veían que esa nueva expresión podía entrar en los espacios donde estaban los demás artistas.

Los diarios de Andy Warhol serie documental de Netflix

Y, en otro orden de cosas, ¡el arte de Warhol seguía vivo a través de los artistas más innovadores del mundo contemporáneo!

Warhol y los nuevos creadores: la colaboración con Basquiat

Con el arte del graffiti inundando las paredes interiores de las galerías de arte, Warhol se aproxima a estos nuevos creadores. El artista pop quería ser innovador constantemente a través de los jóvenes artistas que iban apareciendo. Entre todos, destaca su relación con Basquiat y Keith Haring.

Pero, sobre todo, es interesante su conexión con Basquiat. En el capítulo 4 se explica que los dos sentían una admiración por el otro, hasta el punto de tratarse como iguales, a pesar de que Warhol era un artista consagrado. Las palabras de Warhol resaltan la genialidad de la obra de Basquiat, que se ha universalizado aún más a través del diseño del equipo de los Brooklyn Nets. También el artista pop era consciente de que la posibilidad de morir en cualquier momento a causa de las drogas hacían que la obra de Basquiat se comprase por los galeristas casi de forma compulsiva.

El arte de Basquiat en los Brooklyn Nets

Entre 1982 y 1987 tuvieron una relación muy estrecha. Basquiat pintaba a menudo en el estudio de Warhol y animó al artista pop a recuperar la pintura a mano, abandonando la serigrafía. Basquiat también imitó la relación de Warhol con los medios de comunicación, ofreciendo respuestas enigmáticas y silencios evocadores, para mantener el interés sin desvelar todo lo que quería decir.

Los dos, Basquiat y Warhol, decidieron crear juntos varias obras. Su exposición conjunta tuvo lugar en 1985 y la crítica fue implacable con los dos.

Después de este fracaso artístico, nada entendido en su época, la relación entre los dos se enfrió. Además, el habitual consumo de drogas de Basquiat no hizo sino estropear esa amistad.

El arte en reacción al sida

En el documental se intenta reconstruir la vida amorosa de Andy Warhol. También se está interesado en desgranar su condición de homosexual. Es genial las respuestas de sus amigos que, entrevistados en el último año, reconocen que no era necesario manifestar una condición que era evidente. ¿Para qué?

Hay un capítulo entero, el número 3, dedicado a la exploración de la identidad de Andy Warhol a través de la expresión artística, con sus transformaciones en figura femenina.

Pero el capítulo que es absolutamente revelador es el último, un episodio sobrecogedor donde Andy Warhol se debate frente a la pandemia del sida. En 1981 el New York Times describe en un artículo que se ha detectado un “cáncer raro visto en 41 homosexuales”. Porque la comunidad homosexual era la más golpeada por este virus y Andy Warhol estaba dentro de esta comunidad, con muchos de sus amigos muriendo a causa del sida.

En el documental de Los diarios de Andy Warhol se hace una lectura de las frases de los diarios con sus últimas obras. Desde el Andy Warhol Museum, cuyos representantes aparecen en todos los capítulos, se hace una nueva interpretación de las versiones de La última cena de Leonardo.

Cabe recordar que Warhol era católico practicante, por tanto, este ciclo de pinturas se puede leer como un acto de perdón y empatía de Jesucristo ante la enfermedad, que se manifiesta con el 666, la marca de la bestia. Es una respuesta religiosa y artística ante la terrible pandemia del sida que asolaba el mundo en los años 80.

Los diarios de Andy Warhol: una visión del hombre y del artista

Los diarios de Andy Warhol describen en la pantalla los últimos años del gran artífice del arte pop. Suponen una oportunidad para acercarse al hombre que estaba debajo del personaje, pero también son una importante herramienta para conocer la importancia de los últimos trabajos de Andy Warhol.


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