Arte y tecnología en la Mobile Week de Barcelona

Barcelona celebra una nueva edición del Mobile World Congress, la feria más importante del mundo dedicada a este sector. Con el paso de los años, la ciudad condal aprendió a no centrarse únicamente en una feria profesional, dando paso a nuevas actividades para los ciudadanos.

Uno de esos eventos que crece en cada ocasión es la Mobile Week. Durante unos días, no solo Barcelona sino otras localidades como Lleida, Igualada o Reus disfrutaron de conferencias, debates y talleres en torno a la tecnología móvil. Forma parte de esta iniciativa de acercar la tecnología a los ciudadanos la exposición “Nuestra sencilla relación con la tecnología”. Hasta el 16 de marzo el Disseny Hub de Barcelona abre las puertas al mejor arte electrónico de esta espectacular muestra.

La exposición cuenta con 14 obras que cuestionan nuestra relación como seres humanos con la tecnología, especialmente aquella más avanzada, como es el caso de las inteligencias artificiales. 10 de ellas han sido seleccionadas por un jurado cualificado, mientras que las otras 4 son piezas pertenecientes a la Colección Beep de Arte Electrónico y han sido invitadas para la ocasión.

Una de las obras “clásicas” presentes en la exposición es Luci, de José Manuel Berenguer. En 2008 ganó el premio ARCO/BEEP de Arte Electrónico. En la oscuridad de la sala vemos unas luces que emiten sus destellos con un intento de acompasamiento, reforzado por un sonido como de zumbido sordo, como de cigarras. Si nos fijamos dentro de esta penumbra, vemos que sobre una plataforma aparece un entramado de cables que unen 64 unidades con 5 emisores sensibles de luz y sonido cada una. El artista afirma que este sistema reproduce el comportamiento de un tipo de luciérnagas del sudeste asiático: los individuos reaccionan a las luces de unos y otros, condicionados por los cambios del entorno. Luci demuestra la fortaleza de las reacciones de los individuos en su conjunto: funciona como un todo que replica a las que existen en la naturaleza, aportando sus ritmos y relaciones.

También está la última ganadora del galardón de ARCO/BEEP de Arte Electrónico, Try Not To Think Too Much, de Eugenio Ampudia. Aquí las letras forman una instalación, casi una escultura de pared. Cada carácter se conecta con el otro por una serie de circuitos. Unos auriculares que forman parte de la instalación permiten escuchar el sonido de la pieza, que no es más que ruido. Según el artista, es una metáfora de la comunicación de nuestro tiempo, llena de ruidos, y una referencia al arte contemporáneo, que habla de aproximarse al público pero que parece que está cada vez más lejos del espectador.

Try Not To Think Too Much, de Eugenio Ampudia, en ARCO 2018

Otra de las obras interesantes es la de Solimán López: Inverse Triangulation. Vemos en una proyección una sencilla representación bidimensional del suelo y sobre este pavimento virtual unos pies. Cada 4:33 minutos (un homenaje a John Cage) una voz y una proyección muestran las coordenadas de situación del autor de la pieza. Se trata de una presencia continua del artista, gracias a la geolocalización, que a la vez permite la invisibilización de la persona allí representada.

Solimán López: Inverse Triangulation

Si la exposición pretende examinar la relación de los seres humanos con la tecnología, los móviles tienen que estar presentes. En MatchPhone, de Adriana Tamargo y Guillermo Escribano, se plantea esta “convivencia” con los teléfonos, ya que se nos plantea la existencia de Inteligencias Artificiales en estos aparatos. En unos años el usuario tendrá que decidir qué modelo compra no sólo recurriendo a parámetros técnicos, sino a cuál va a ser la relación con la personalidad de la Inteligencia Artificial. La obra es un diálogo entre usuario y móvil, para ver qué compatibilidad existe entre ambos.

MatchPhone, de Adriana Tamargo y Guillermo Escribano

Estas son cuatro obras que han merecido mi atención detallada. Pero por la exposición hay espacio para los wereables, o sea, las prendas que llevan integradas nuevas tecnologías. The End of Emotional Privacy de Martina Solés Caldés es una camiseta con cámara integrada, que examina las emociones de la gente y las muestra en forma de calor en la parte posterior de la camiseta. O el Enviroment Dress 2.0 de María Castellanos y Alberto Valverde: un traje con sensores que, según los diferentes parámetros que controla a su alrededor, puede proteger de manera automática a su portador, con una especie de casco y unas articulaciones en la espalda.

Enviroment Dress 2.0 de María Castellanos y Alberto Valverde

En 14 obras se repasa cómo los artistas utilizan las tecnologías para imaginar un futuro que está más cerca de lo que pensamos. Como el arte de todas las épocas, los artistas no sólo trabajan lo estético (fundamental en la pieza de Daniel Canogar o en la mencionada Luci), sino lo puramente filosófico y, en algunos casos, lo especulativo. De esta manera, las producciones de ciencia ficción ya no pertenecen en exclusiva a escritores o cineastas: ahora los artistas contemporáneos se atreven a ofrecer qué nos depara un mundo lleno de nuevas y más avanzadas tecnologías, con todas las oportunidades y problemas asociados a ellas. En definitiva, la exposición de “Nuestra sencilla relación con la tecnología” es una asombrosa ventana a este futuro a través del enorme potencial del arte contemporáneo.

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