Un colectivo de Sants pone el patrimonio en campaña
Las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo vienen acompañadas de las habituales promesas de los políticos en todas las materias. Hace una convocatoria, la de las elecciones generales del 28 de abril, había mencionado el interesante trabajo de José Luis Hoyas y Elena Vozmediano recopilando los proyectos electoralistas de nuevos museos con la etiqueta #MuseoElectoral, a cada cuál más pintoresco. Para estas elecciones municipales y de la mayoría de las comunidades autónomas el hashtag de #MuseoElectoral sigue vivo, ya que continua exponiendo los nuevos equipamientos museísticos que los políticos ofrecen a sus votantes.
Pero las convocatorias electorales también se asocian con las necesarias exigencias de los ciudadanos, incluyendo aquellas de ámbito cultural. Es lo que han hecho en Barcelona, en el barrio de Sants, con la etiqueta #PatrimoniEnCampanya. Los miembros del colectivo de Patrimonis Invisibles, formado por miembros de diversas disciplinas que trabajan para sacar del anonimato diferentes elementos patrimoniales, están detrás de #PatrimoniEnCampanya. Marta Sánchez Nátera, técnica en Gestión y Patrimonio Cultural y participante de este grupo explica su nacimiento: “La etiqueta está vinculada a las acciones que solemos realizar con el Colectivo de Patrimonis Invisibles. como #PlantemHivernacle. Un día, debatiendo con compañeras del colectivo de Patrimonis Invisibles (Carme Illa, Agus Giralt, Miguel Mateo, entre otros) sobre las campañas electorales y ante la inminencia de las municipales y como estas acaban siendo tan invasivas a la vez que poco útiles, sobre todo en propuestas a nivel de urbanismo y patrimonio, decidimos hacer nuestra propia campaña” y añade que “la cuestión era hacer entrar el patrimonio en la campaña electoral enseñando elementos en riesgo, riesgo por no estar catalogado, riesgo por estar invisibilizado”. La técnica en Gestión y Patrimonio Cultural recuerda que “los elementos que estamos difundiendo son de Sants, pero en su momento dijimos que mantuvieramos una etiqueta abierta con el fin que cada persona que creyese, del barrio o municipio que fuera, pudiera utilizarla y hacérsela suya. Es cierto que no hemos difundido la idea para viralizar el hashtag”.
Aunque no habían pensado ninguna acción física concreta para hacer más visible la etiqueta de #PatrimoniEnCampanya, sí que coincidió con una de las rutas que organizan periódicamente los miembros de Patrimonis Invisibles por el barrio de Sants, visibilizando estos espacios en peligro junto a la historia que se esconde en ellos. En este itinerario se mostraba el “Refugio 819”, uno de los cientos en los que se protegían los barceloneses durante los bombardeos fascistas de la Guerra Civil y de los que mejor se conservan en Sants. Se quiere salvar este espacio patrimonial de unas obras que lo están destruyendo. Marta Sánchez Nátera observa que “durante esta semana continuamos con la campaña #Salvem819 y el sábado 18 de mayo colocamos una pancarta cerca del refugio. Estamos animando a la gente a que se adhiera a un manifiesto con el fin de poder hacer visitable este lugar”. También participaron con la etiqueta #PatrimoniEnCampanya en una visita al Canal de la Infanta el 22 de mayo, una infraestructura que celebra 200 años y cuya construcción modificó el entorno y la economía de La Bordeta.
Ante la pregunta de si esta etiqueta ha llegado a los oídos de los partidos políticos, Marta contesta: “En Twitter militantes de la CUP de Sants, como su perfil personal, sí que se ha mostrado interesado por los elementos que estábamos difundiendo. Y algún conseller en Sants del partido Bcn en comú nos consta que va siguiendo los tuits”. Así que, aunque no haya ganado una gran extensión, sí que ha alcanzado a algunos políticos en campaña, esperando que, si llegan a tener representación, se acuerden de defender un patrimonio que han podido conocer de la mano de sus portavoces más acreditados.
Por último, y ya que hablamos de Barcelona, toca recordar que en las elecciones municipales de la ciudad ha entrado en juego la cultura, casi siempre de manera negativa. Valgan de ejemplo las acostumbradas promesas de nuevos museos (como si no hubiera que cuidar los ya existentes) y las polémicas en torno al Macba. La ampliación de este centro de arte contemporáneo ha sido utilizada como arma arrojadiza, ya que entra en conflicto con la necesidad de dotar de un nuevo centro de salud al Raval, el barrio en el que está inscrito. Quizá le hace falta un grupo multidisciplinar que lo defienda con pasión, como hace el Colectivo de Patrimonis Invisibles con los monumentos en riesgo de Sants.
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