Escultura con sentido en la Fundació Miró de Barcelona
El sentido de la escultura es la nueva exposición de Barcelona de la Fundació Miró, comisariada por el artista David Bestué. Este, además de ser uno de los escultores más destacados de su generación en España, es un enorme conocedor de la historia y de la teoría de la escultura, como demuestra a lo largo de la exposición.
Revisión de los conceptos clásicos de la escultura
¡Qué difícil es hacer una exposición sobre la escultura en la que plantear una revisión solvente de esta disciplina artística! Estamos acostumbrados a ver muestras pequeñas, medianas y grandes, en la que se analizan conceptos propios de la escultura como espacio, tiempo, material…de una manera tan facilona como innecesaria, sin aportar nada nuevo. Muestras en las que se prometía un análisis, pero se queda en pura superficialidad.
Sin embargo, ahora en la Fundació Miró se explican conceptos de la escultura de una forma original, pero tan novedosa como creíble.
Exposición con esculturas de diferentes orígenes
Para ello, David Bestué acude a más de una cincuentena de colecciones públicas y privadas, de las que ha seleccionado obras que se corresponden fundamentalmente con el arte contemporáneo de los siglos XX y XXI.
Pero también hay piezas de la Antigüedad y de la Edad Moderna; y objetos que no fueron concebidos en absoluto como obras de arte, como algunas piezas recogidas de una planta de reciclaje, pero que encajan perfectamente en la idea global de la exposición y cada uno de sus ámbitos.
La escultura es más que un concepto espacial
Para mostrar su enfoque teórico, David Bestué nos obliga a recorrer la exposición de El sentido de la escultura a través de siete ámbitos como el espacio, el objeto doble, lo crudo o el cuerpo humano, entre otros.
Y lo hace atreviéndose a exhibir piezas que no son en su técnica una escultura. Hablo de fotografías en las que lo tridimensional es crucial, como en Glue Pour (1969) de Robert Smihson, una instantánea que presenta la plasticidad de un vertido de pegamento sobre una roca. También se ve en los vídeos donde el protagonismo lo tiene la masa escultórica, como la animación con arcilla Didn’t you know I’m made of butter? (2011), de Nathalie Djurberg y Hans Berg. O en las videoinstalaciones, como la de Pipilotti Rist Double Light (2010), una proyección de luz y color sobre una escultura de Joan Miró de la colección.
En todas estas obras se observa que poseen una evidente fuerza espacial gracias a la que se encuadran en esta exposición como si fueran realmente esculturas.
La escultura contemporánea responde a la historia de la escultura
A pesar de que se trata de una muestra sobre arte contemporáneo en la que se exponen gran variedad de formatos y materiales no tradicionales en la historia de la disciplina, la deuda con el mito de Pigmalión es más que evidente.
En el espacio de ingreso a la exposición de El sentido de la escultura de la Fundació Miró de Barcelona se recuerda la fuerza de este mito griego, en el que un escultor quiere dar la vida a una escultura. Por tanto, el origen mítico de la escultura occidental proviene de la tradición del mito de Pigmalión y no termina de desaparecer con las nuevas obras que han nacido tras el siglo de las vanguardias.
El arte contemporáneo toma esta idea de crear y recrear, usando moldes a partir de la naturaleza y la realidad, para ofrecer nuevas obras. Así se ve en las figuras creadas por Antoni Gaudí para la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia de Barcelona, donde modelaba usando el material escultórico directamente sobre los animales representados. O las pioneras reproducciones de visitantes de una exposición a escala 1:10 con un escáner 3D de Karin Sander, de 1999
El arte de la escultura como representación
Por otro lado, la escultura siempre tiene la voluntad de representar, desde los orígenes hasta la actualidad, aunque cambien los contextos y los significados de las obras.
De esta forma, el busto con un actor de teatro con su máscara proveniente de las ruinas de Ampúries o la figurita de gato de la civilización egipcia se ligan con un mundo contemporáneo en el que la escultura se usa para reflejar las identidades de los artistas mediante los autorretratos, o las miles de posibilidades de mostrar cómo es un cuerpo en el mundo contemporáneo.
El material descontrolado de la escultura
La escultura contemporánea admite una vía de experimentación en la que es en sí misma un material incontrolable y con vida, sin que el autor pueda darle forma, casi como un ente orgánico. En El sentido de la escultura se ilustra esta idea con, entre otras obras, la Cloud Canyons (2016) de David Medalla. Se trata de una fuente que genera columnas de burbujas en paralelo a la famosa Fuente de Mercurio de Alexander Calder que tiene su propio espacio en la Fundació Miró.
Una exposición por toda la Fundació Miró
El sentido de la escultura abarca no sólo las salas de exposiciones temporales. Algunas de las obras se expanden por las salas junto a los cuadros y esculturas de la exposición permanente de Joan Miró. Por ejemplo, hay una pieza que dialoga abiertamente con el Tapiz de Joan Miró. También la escalera que une los dos pisos de la Fundació Miró muestra como nunca a través de su ventana transparente el jardín con esculturas al aire libre que están situadas al lado del edificio de José Luis Sert.
En definitiva, El sentido de la escultura es una exposición que agita los conceptos clásicos de la disciplina llevando la escultura contemporánea por toda la historia del arte, con una sólida base teórica acompañada de la estética defendida por grandes nombres del arte del siglo XX y XXI. Y lo hace desde la óptica de la creatividad contemporánea, sin dejar de mirar el fantástico legado de la obra escultórica de Joan Miró.
Exposición El sentido de la escultura
En la Fundació Miró de Barcelona hasta el 6 de marzo de 2022