Museu Particular, etnología a través de un sólo objeto
Un museo con una única obra en exposición
En este mes de febrero se inauguró la sede física del Museu Particular en la fachada del Museu de la Vida Rural de l’Espluga de Francolí.
El nombre de Museu Particular se acompaña de un asterisco que lleva a una (auto)explicación: “etnología de estar por casa”. Por que se trata de un museo innovador que quiere dar a conocer el patrimonio etnológico asociado a los objetos cotidianos, presentando cada mes una única obra: un objeto común que usamos en el día a día.
Han comenzado exponiendo un ordinario tenedor y prometen mostrar artículos como una lata de conservas o un tampón.
En paralelo, en sus perfiles de Twitter e Instagram se desarrolla toda una historia de divulgación a partir del objeto expuesto. Así, tomando como ejemplo el tenedor, se explica su nacimiento, sus usos sociales, sus significados diábolicos asociados a los tridentes de los dioses de la mitología grecolatina o la aparición de los materiales plásticos y su consiguiente afectación al medio ambiente.
Por tanto, a la ventana física de la vitrina en el Museu de la Vida Rural se le suma otra ventana virtual, con todo el dinamismo que permiten los entornos online de las redes sociales. De hecho, para conectar la sede presencial con los contenidos online, el espacio expositivo offline muestra la web y los perfiles sociales del Museu Particular. De esa forma es posible acceder más fácilmente a las publicaciones en internet de la institución cultural.
La creación del Museu Particular
Detrás de la iniciativa de Museu Particular están los historiadores y museólogos Àlex Rebollo y Anna Maria Andevert. “El proyecto nace de mis dos profesiones, del ansia de saber como historiador y del ansia de divulgar como museólogo”, explica Àlex Rebollo. “Durante los meses de confinamiento, después de estar encerrado en casa, estuve dando vueltas a un proyecto de museo minúsculo con un solo objeto y que fuera un objeto cotidiano de los que tenía a mi alrededor; así nació Museu Particular. Luego le pedí a mi amiga, Anna M. Andevert que es historiadora del arte y también museóloga y de la comarca que me echara una mano.”, afirma el historiador.
Un museo físico y en internet
La inspiración está en una visita de hace tres años al Museu Valencià d’Etnologia: “me fascinó la forma de presentar la etnología, tanto en el formato (museografía arriesgada y muy atractiva) como en el discurso”. En este recorrido había objetos cotidianos dentro de las vitrinas del museo, como un polo de hielo como los que toman los niños durante las felices infancias de verano.
Faltaba el lugar donde abrir una sede física para el museo. El Museu de la Vida Rural está situado en el pueblo vecino al de Àlex Rebollo, por lo que la relación es estrecha, como usuario y como lugar donde hizo sus prácticas. “Siempre que iba al museo me intrigaba la ventana-vitrina que hay en la fachada, yo no le encontraba ninguna utilidad, según me han dicho fue un capricho del arquitecto que quiso hacer como una puerta de entrada en miniatura y por eso se colocó un diorama dentro que se veía el interior de la entrada de una masía catalana. Museu Particular va de etnología; el Museu de la Vida Rural es un museo etnológico, tiene un espacio físico que era adecuado y además con los que tengo muy buena relación… todo encajaba.” Y así, dentro de una ventana de un museo existente, encontró su espacio físico el Museu Particular.
Así que, desde febrero de 2021 y con la exposición de 11 objetos, uno por mes, tendrá su vida este particular museo que combina la presencia física en una vitrina con un trabajo de comunicación virtual en las redes sociales.
“Mi idea inicial era apostar por la parte virtual, pero al mismo tiempo me gusta mucho la presencialidad y siempre me gusta poder crear algo que se pueda ver en tres dimensiones, tocar… por eso también viendo que era necesario darle una parte de presencialidad”. Es una vuelta de tuerca a la exposición de “la pieza del mes” que hacen los museos con los objetos de sus colecciones, “sólo que, en este caso, la pieza no forma parte de la colección del museo, sino que es un objeto cotidiano”, comenta Àlex Rebollo. “Ahora bien, siendo consciente que la vitrina era limitada para los contenidos, tanto por espacio como por audiencia, la sede virtual tiene que concentrar el grueso de la información”, continúa.
Un museo particular e innovador
En definitiva, la idea de los creadores era el de concebir un museo “propio (de ahí el nombre) y un museo diminuto, con una sola sala y con una sola pieza”. Un museo híbrido, innovador y que demuestra que las buenas ideas, bien desarrolladas, pueden dar lugar a proyectos originales y adaptados a muchos contextos.
Decía Umberto Eco que el museo del tercer milenio debería acoger una única obra de arte. Desde luego, el Museu Particular cumple con creces con estas palabras del maestro italiano.