Messi, el desè art: el fútbol no es arte

Messi, el desè art (Messi, el décimo arte) es el documental de Ramon Gener con el que TV3 parece que quiere pelotear al crack argentino, a vueltas con su renovación en el Fútbol Club Barcelona.

Lo reconozco, tenía bastantes reparos antes de verlo. Viendo la trayectoria de los últimos trabajos de Ramon Gener sobre arte, estaba lleno de dudas. Las presentaciones de este programa sobre Messi tampoco me lo ponían fácil.

Pero me he atrevido a pasarme un poco más de una hora ante la pantalla para ver lo que esperaba que fuera una pieza audiovisual que relacionase el arte con el fútbol.

Messi el desè art Tv3
Imagen del documental (TV3)

Analogías de arte y deporte

El jugador Drazen Petrovic era considerado el Mozart del baloncesto, al futbolista Alessandro del Piero se le apodó Pinturicchio, el lanzador de jabalina Roald Bradstock es conocido como el Picasso olímpico…El deporte cuenta con algunas analogías que lo acercan al mundo de la cultura. Incluso algunos articulistas recurren a la contraposición de Mozart y Salieri para referirse a modelos opuestos en la competición deportiva.

En Messi, el desè art se apela constantemente a este encuentro entre fútbol y cultura. Desde el título del documental, el divulgador Ramon Gener explica la biografía deportiva de Leo Messi usando obras de arte y piezas musicales. Entre este habitual paseo por el arte del divulgador se cuelan los comentarios sobre el delantero rosarino de compañeros, rivales, entrenadores y comentaristas deportivos.

¿Es Messi un artista?

Pero Ramon Gener cae en una equivocación: coloca al astro argentino al mismo nivel que los grandes artistas de la historia.

Me parece correcto explicar muchos aspectos de la vida utilizando las obras de arte y las peripecias de los y las artistas, porque nada explica mejor la naturaleza humana que las creaciones artísticas que se han consumido a lo largo de las civilizaciones. Por eso los clásicos siempre siguen vigentes. Por ejemplo, está bien traída la comparación de la rivalidad de Messi y Cristiano Ronaldo, que retroalimenta y mejora a cada uno de ellos, con la de Wagner y Verdi, que consiguió hacer avanzar la ópera.

Sin embargo, el documental de Messi, el desè art sobrepasa esta metáfora de la vida como arte. Por ejemplo, se dice que el argentino del Barça crea sus jugadas como Beethoven crea sinfonías. Y este es el error: el de convertir a Messi en un artista.

La belleza del deporte

A menudo confundimos lo bello, lo estético y lo emocionante con algo artístico. No todo es arte, por mucho que nos parezca bonito, singular y conmovedor. Michael Jordan no era un artista, a pesar de la enorme plasticidad de sus jugadas más destacadas. Carolina Marín nos pega al asiento en cada punto, pero tampoco es una artista por emocionarnos de esta manera. Ni siquiera Nadia Comaneci, con su 10 unánime, era una artista.

En el deporte existen disciplinas que reconocen el valor estético y la perfección de la ejecución de sus representantes, es más, es el eje de la competición. Son deportes como los saltos de natación o la doma clásica. Pero es aún más claro en aquellas prácticas que se acompañan de unos adjetivos más definitorios, como la gimnasia rítmica, la gimnasia artística, la natación sincronizada, las modalidades técnicas de artes marciales como el kárate o el taekwondo o el patinaje artístico. Incluso en el mundo del ajedrez se han establecido criterios para determinar la belleza de una partida.

Aún perteneciendo a este tipo de disciplinas, creo que no se puede determinar que la nadadora Ona Carbonell sea una artista; o que la karateka multimedallista Sandra Sánchez sea algo más que una artista marcial. O que Gervasio Deferr era un artista cuando hacía sus ejercicios gimnásticos.

Desde luego, Leo Messi no lo es: es capaz de crear belleza en sus jugadas, de transformar las gradas con sus regates, de hacer que sea admirado por todas las hinchadas por su juego. Pero no es un artista, no es el «décimo arte».

Y claro, el documental de Messi, el desè art es una equivocación en tanto en cuanto eleva al argentino del Barça a un Olimpo de los artistas y genios que no le corresponde. “¿Cómo sería una reunión entre Beethoven, Virginia Woolf y Leo Messi?”, afirma el bueno de Ramon Gener, como si esa comparación fuera pertinente.

En definitiva, Messi pasará a la historia como uno de los grandes del fútbol, pero no como un artista, por muy inolvidables que sean sus goles. No necesita un documental pagado por dinero público en una cadena pública para que nos hagamos una idea diferente de él y de su palmarés.

Conviene recordarlo: no confundamos los términos de lo bello y lo estético con lo artístico. Porque si la medida del arte está sólo en lo bello, en lo estético, todos los concursos de belleza ofrecerían arte.

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