Marte y los humanos, exposición del CCCB

Hasta la llegada de la era industrial los seres humanos miraban habitualmente hacia el firmamento. Así, hace poco más de un siglo las potentes luces artificiales de las ciudades apagaron el brillo de las estrellas y planetas del cielo.

Los astros ayudaban a orientarse a los viajeros, pero también servían para crear las historias de dioses que se recogen en las mitologías de muchas culturas.

Sólo los avances telescópicos y de astronomía de la era de los descubrimientos científicos de la Edad Moderna, con Kepler, Galileo y Copérnico, permitieron ofrecer un conocimiento empírico de los planetas y estrellas. De esta forma, por primera vez se desecharon las ideas teóricas que venían de la época clásica, con Ptolomeo a la cabeza, donde no se entendía el firmamento basado en el método científico.

Marte CCCB Exposición Nasa Vista Viking Orbiter
Valles Marineris. El Gran Cañón de Marte. (Mosaico de imágenes tomadas por la Viking Orbiter 1
© NASA / JPL-Caltech

Exposición «Marte. El espejo rojo»

La exposición «Marte. El espejo rojo» del CCCB deBarcelona explica el cruce entre mitología y ciencia mirando directamente al planeta rojo. No se trata de analizar a Marte desde una perspectiva científica, por mucho que una pantalla ubicada en varios ámbitos de la exposición nos explicite los valores atmosféricos, gravitatorios y otras especificidades de nuestro planeta vecino. Más bien expone la relación de la humanidad con el planeta vecino. La muestra es, sin duda, una historia de los humanos que se han ocupado de Marte.

Una cuidada museografía, que une lo evocador, lo fantástico y lo espacial nos lleva a cada apartado de la exposición.

Marte y la mitología

Los astrónomos del Antiguo Egipcio anotan las más antiguas referencias de Marte, un elemento errante en el cielo nocturno, en el segundo milenio antes de Cristo.

Todas las civilizaciones de la Edad Antigua crean sus propias cosmogonías. En ellas los dioses tienen su equivalencia en los puntos brillantes de la bóveda celeste. Curiosamente hay un dios con atributos similares que coincide en varios pueblos de la Antigüedad. Es viril, enérgico, batallador, un dios de la guerra que también es el representante de una masculinidad violenta. Llamado Nergal, Harmakis, Guan Yu, Mangala, aunque los nombres más conocidos son Ares en Grecia y Marte en Roma. En estas civilizaciones este espíritu indómito de la fuerza bruta y destructiva se opone al del control y sabiduría de Atenea-Minerva, patrona de la guerra justa, de la habilidad en la batalla.

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En la exposición de «Marte» del CCCB se ilustran las civilizaciones del mundo antiguo con estatuillas como el Mars Balearicus, del 400 antes de Cristo, proveniente del Museu de Mallorca. Pero también cómo ha pervivido la asociación de Marte y la lucha en los diseños dedicados a este dios en una espada del Renacimiento.

Mars Balearicus Mallorca Escultura Bronce
Mars Balearicus. 400 a. C.
©Museu de Mallorca

Textos científicos y literarios sobre el planeta Marte

La muestra de la exposición de Barcelona «Marte» incluye una amplísima presencia de fuentes bibliográficas, materializadas en algunas auténticas joyas incunables, con referencias al planeta Marte.

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Se confrontan dos concepciones distintas del universo, la de Ptolomeo con la de Copérnico, con los libros en los que se desarrollan las investigaciones de los científicos de la Antigüedad y los de la Edad Moderna.

Galileo Galiei. Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo Tolemaico e Coperniciano. Florencia. Por Gio. Battista Landini, 1632.
© CRAI Biblioteca de Reserva (Universitat de Barcelona)

Pero también existe una prehistoria de la ciencia ficción en los miles de años de literatura anterior al siglo XIX. La fecunda imaginación de los autores, la construcción de mitos clásicos, las metáforas sobre una ciencia desconocida, o la ciencia explicada de manera más poética colocaron a Marte en el imaginario de cada creador. Incluso Jonathan Swift recrea un planeta Marte con dos satélites, ¡décadas antes de su descubrimiento!

El mapeo de Marte y la ciencia ficción

A finales de siglo XIX los avances tecnológicos permiten una mejor observación de la superficie de Marte. Hasta el punto de que se puede cartografiar, como una nueva geografía en un momento en que terminan de descubrirse los pocos lugares que quedaban inéditos del planeta Tierra.

Existen debates entre los astrónomos sobre cómo abordar el estudio de Marte, un planeta que ha acercado la ciencia y del que se van conociendo sus características geológicas y atmosféricas.

Pero el mayor debate es sobre la presencia de una civilización marciana. En 1877 el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli observa unos surcos de origen natural. La denominación italiana canali creó una confusión por una mala traducción, ya que en inglés los denominaron erróneamente canales. Así que algunos astrónomos, con Percival Lowell a la cabeza, defendieron la existencia de una civilización constructora de canales.

Giovanni Schiaparelli. Hemisferio austral de Marte Marte CCCB
Giovanni Schiaparelli. Hemisferio austral de Marte. 1877-1878. Facsímil. Archivio Storico dell’Osservatorio astronomico di Brera  
© Fondo G. V. Schiaparelli

Estos descubrimientos científicos -y las teorías sobre un mundo marciano- se publicaban en la prensa de la época. Gracias a esto, los escritores podían construir sus mundos de fantasía en la literatura de ciencia ficción. H. G. Wells publica en 1898 La guerra de los mundos, una invasión de la Tierra por parte de los marcianos, que tuvo una famosa representación de la mano de Orson Wells en 1938. Ray Bradbury, con sus Crónicas Marcianas (1950), es el gran autor de ciencia ficción de Marte en el siglo XX.

La atracción por Marte, con mayor o menor fantasía, con mayor o menor empirismo, fue un fenómeno con mucha repercusión en torno a 1900. Por ejemplo, un buen número de médiums aseguraban que se podían comunicar con Marte. Hèlene Smith, la más famosa de ellas, que fue admirada posteriormente por los artistas del surrealismo, describió la flora del planeta y definió el lenguaje marciano.

También los científicos, como Tesla o Edison, idearon sistemas de comunicación con Marte. El propio Edison produjo una película Un viaje a Marte. Por último, el marxismo desarrolló toda una serie de teorías de cómo usar Marte como experimento para crear una perfecta sociedad sin clases.

Marte en la era espacial

El fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 creó una sociedad dividida en dos potencias: la URSS y los Estados Unidos. Ya en las décadas previas los ingenieros habían ideado cohetes para adentrarse en el espacio, Marte incluido.

Pero ahora era primordial ser la potencia que conquistase primero la Luna y Marte. En el lado americano el ingeniero astronáutico Von Braun, que había diseñado los cohetes para los nazis, estaba ideando un programa de colonización del planeta rojo.

La cultura popular de Marte: cómic y cine

En la exposición CCCB se exhiben dos impresionantes colecciones de cómic con sus referencias a Marte: el Archivo Saunders de Estados Unidos y el Archivo Paco Baena de España.

El Archivo Saunders recopila las obras de los ilustradores de la cultura popular americana del siglo XX. Revistas, entrevistas, originales, fotografías que documentan el trabajo de los creadores…En «Marte» encontramos un centenar de estos cómics que sitúan su escenario en este lugar del universo.

Herbert George Wells. The War of the Worlds Marte CCCB Saunders
Herbert George Wells. The War of the Worlds, con ilustración en cubierta de James Gary Whitman Publishing, 1938.
© David Saunders Collection

El Archivo Paco Baena hace lo propio con el cómic español, una deliciosa recopilación de los ilustradores patrios. Cómo no, los ejemplares que se exponen son historietas de marcianos.

En otro de los apartados de la exposición es la compilación de algunas de las obras literarias que se han publicado sobre Marte en las últimas décadas. Las más famosas son la Trilogía Marciana de Kim Stanley Robinson y The Martian de Andy Weir, en la que se basó la película protagonizada por Matt Damon.

Marte en el siglo XXI, más cerca que nunca

La exposición se cierra con la humanidad que ha tocado la superficie de Marte. Las imágenes de un desértico paisaje que no parece tan distinto de algunos lugares de nuestra Tierra. En algunas comparaciones de fotografías de Marte y el planeta azul apenas se aprecian diferencias.

Después de haber visto la historia de los seres humanos ante Marte, toca preguntarse cómo será el contacto real. Mientras la sonda Perseverance se ha posado en el antes lejano planeta rojo, desde la Tierra los ingenieros, los científicos y los artistas examinan cómo será esta nueva relación interespacial.

Montaña Wdowiak Rover Opportunity NASA
Vista panorámica de la montaña Wdowiak de Marte desde el Rover Opportunity. 16 de octubre de 2014.  
© NASA

Este es el ámbito más artístico, menos documental. Con una inteligencia artificial que crea las especies de Marte basándose en las existentes en la Tierra. Con Joan Fontcuberta que presenta su parque de ocio sobre Marte en los terrenos rojizos de las Minas de Riotinto, una fantasiosa ideación del fotógrafo.

La exposición se completa con acciones participativas, como la Wikimaratón marciana que se celebrará online del 5 al 18 de abril. O la sesión «Martian Challenge» con los youtubers Quantum Fracture, La Gata de Shrödinger, C de Ciencia y La Hiperactina. Y la plataforma Filmin ha creado una lista de películas de ciencia ficción relacionadas con el planeta Marte.

Exposiciones en Barcelona hoy

En definitiva, la exposición «Marte. El espejo rojo» nos devuelve a la Tierra, a lo pequeños que somos en el espacio del sistema solar y en el tiempo astrómico. Lo hace después de visitar Marte con los ojos de la humanidad, desde las tablillas de Mesopotamia hasta el aterrizaje del Perseverance.


«Marte. El espejo rojo». En el Centro de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) hasta el 11 de julio de 2021. Comisario: Juan Insua.

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