La fotografía de la cámara oscura de Richard Learoyd en la Fundación Mapfre
Índice de contenidos en este artículo:
1. La sorprendente fotografía de Richard Learoyd
2. La cámara oscura de Richard Learoyd
3. Los géneros clásicos de la fotografía de Richard Learoyd
4. Richard Learoyd, un fotógrafo del tiempo
La sorprendente fotografía de Richard Learoyd
Las inquietantes fotografías de Richard Learoyd, vistas en la sala de exposición, en un cartel publicitario o acompañando alguna web no dejan indiferente a nadie. Hay algo en la extraña luz que recorta los elementos retratados y los modela ante el espectador; o quizá se trate del extraño ensimismamiento de las personas que pueblan las instantáneas; o puede que sean los múltiples detalles revelados por una insólita calidad de la fotografía. Hay algo en la producción de Richard Learoyd de los últimos veinte años que es diferente a cualquier fotógrafo. Y la técnica empleada explica porqué vemos así sus imágenes.
La cámara oscura de Richard Learoyd
Todas las fotografías de la exposición de Richard Learoyd en la Fundación Mapfre de Barcelona están realizadas empleando una cámara oscura. Según nos explicaron en la habitual visita para prescriptores culturales, el creador inglés construyó una gigantesca cámara oscura en su estudio. Se compone de dos espacios: en una parte de la habitación se coloca el retratado o el objeto para fotografiar; en la otra, está el gigantesco aparato que conforma la cámara, de un tamaño tan grande que el fotógrafo se introduce dentro para realizar cada instantánea. La fotografía posee su propia lente, que se ajusta para definir cada imagen.
Cuando Richard Learoyd hace una fotografía, la imagen se traslada a un enorme papel fotográfico dentro de la cámara. No existe negativo y el papel pasa a ser revelado inmediatamente. Cada tirada tiene que ser precisa, ya que todo el proceso de fotografiar dura unos veinte minutos. Además, la casa encargada de producir el papel fotográfico cerró en 2013, por lo que el equipo de Richard Learoyd compró material hasta entrada la década de 2020.
Con esta lenta y rigurosa manera de fotografiar, en la que encima comienza a escasear uno de los componentes de las instantáneas, cada foto tiene que ser muy estudiada. Richard Learoyd trabaja las composiciones hasta el milímetro, para que ningún detalle se escape del control del artista.
Cuando trabaja con modelos, las sesiones son obligatoriamente largas. Primero porque el creador coloca las posiciones con una tremenda exactitud, observando diferentes posibilidades a fin de encontrar una imagen perfecta. Segundo, apenas existen elementos que distraigan del modelo, ya que los fondos son neutros, las ropas que visten son monocromas y los objetos que aparecen suelen ser funcionales, como es el caso de los taburetes. Por último, la naturaleza de la fotografía en la cámara oscura obliga a que los modelos estén quietos durante el mayor tiempo posible. Así acaban mostrándose con esos extraños gestos que mezclan concentración y recogimiento.
Los géneros clásicos de la fotografía de Richard Learoyd
El fotógrafo británico exhibe en la Fundación Mapfre de Barcelona imágenes que remiten a los géneros más habituales de la Historia del Arte. En sus instántaneas vemos retratos, pero también bodegones: en ellos dispone ramas y flores que se marchitan, animales muertos, como pescados y pulpos, atravesados por hilos en complejas composiciones que desafían la inercia del peso de sus cuerpos.
Estas composiciones suceden en su estudio, pero también consiguió crear una cámara oscura para fotografiar exteriores y cultivar el género del paisaje. Su enorme cámara viaja en el remolque de un coche: Richard Learoyd se introduce allí para fotografiar la vereda de los ríos, la fascinación de la playa, la quietud de los entornos urbanos de Polonia o los increíbles desiertos de Lanzarote.
El conocimiento de la Historia del Arte se aprecia además de los géneros, en la confrontación con los maestros. Sus obras desafían conscientemente a Ingres en la posición de las odaliscas. Pero también en la visión de los desnudos de Lucian Freud o tomando el paisaje de un río pintado por Constable en el siglo XIX.
Richard Learoyd, un fotógrafo del tiempo
Como hemos visto, Richard Learoyd es un fotógrafo que experimenta con el tiempo en dos vertientes. Por un lado, en la trabajada técnica, propia de un artesano, para la que necesita una atención que no es la típica de la fotografía habitual, aquella que con un rápido disparo realiza la imagen. En este apartado técnico podemos incluir su trabajo con las modelos: las largas sesiones las condicionan a presentarse ante el objetivo de la forma que lo hacen. Pero también son las mismas retratadas que se dejan fotografiar durante años, lo que hace que veamos cambios, evolución e incluso nos transmitan su estado de ánimo. Así lo apreciamos en un retratado que era un sin techo y que en las sesiones de años después ya había podido rehacer su vida, reafirmándose ante el objetivo.
Por otro lado, el tiempo aparece en la temática de sus imágenes. Richard Learoyd no da claves para interpretar sus obras, pero en ellas se aprecia cómo hay objetos que hablan de lo efímero, de la muerte en contraposición a la vida. Son sus retratos de restos de coches destrozados y quemados, que en otro tiempo fueron útiles y veloces; de las magníficas casas cubiertas por redes protectoras que anuncian ruina ante un pasado animado y quizás glorioso; o la que fue una enorme ballena y que ahora sólo es un pequeño esqueleto vacío varado sobre la arena de la playa.
Richard Learoyd, con esa fotografía que traspasa lo descriptivo para llevarnos a conceptos filosóficos, con esa artesanía que lo hace manipular y construir su cámara, recuerda a otro fotógrafo: Hiroshi Sugimoto. Este autor también estuvo expuesto en la Casa Garriga Nogués, sede de la Fundación Mapfre en Barcelona, provocando una fascinación entre los espectadores que se acercaron a verlo. Así que, si queréis disfrutar de una muestra de fotografía diferente, tenéis hasta el 8 de setiembre para acudir a Richard Learoyd. El silencio de la cámara oscura.