Calendario de adviento en las instituciones culturales

En los últimos años se está consolidando en nuestro país la moda de los calendarios de adviento procedente de los países del centro y norte de Europa. Esta manera de marcar el tiempo litúrgico previo a la Navidad se origina en la Alemania protestante en el S. XIX, cuando los niños encendían una vela cada uno de los 24 días que van del 1 de diciembre a la Nochebuena. En la década de 1920 esta tradición religiosa se seculariza, creándose un calendario impreso que guarda una chocolatina para cada día. El formato tuvo un enorme éxito, cambiando en ocasiones los dulces por otro tipo de regalos, y ya ha entrado por nuestras latitudes a través de las superficies comerciales.

Los museos e instituciones culturales también utilizan los calendarios de adviento en formatos digitales para ofrecer sorpresas a sus seguidores y regalar contenidos de sus colecciones de una manera totalmente original. Se pueden ver a diario en los perfiles de las redes sociales de estas entidades y, a veces, también se ha organizado un calendario digital al que podemos abrir las ventanas correspondientes a cada fecha del mes.

El primero de los ejemplos de los calendarios de adviento que se han activado en estos días es el de Europeana, el organismo internacional que muestra libremente los archivos de museos y bibliotecas de todo el continente. Este año observamos diariamente una nueva pieza dedicada a la Navidad o al invierno, escogidas entre las entidades que conforman esta institución.

Con este mismo sentido de presentar imágenes invernales en general y de la Navidad en particular, todas pertenecientes a su catálogo, se ha montado el calendario de Adviento del Ashmolean Museum de la prestigiosa Universidad de Oxford. También han incluido piezas relativas al paso del tiempo y a otras figuras divinas. Así, entre paisajes nevados y escenas religiosas se cuelan objetos como cerámica decorativa de Los Millares con símbolos solares, una moneda de Alejandro Magno con la diosa Atenea o unos pendientes egipcios decorados con cabezas de animales divinizados.

Otra de las maneras de presentar un calendario de Adviento es la que han hecho en el Barbican de Londres. Aquí cada día viene con un regalo para sus seguidores: ya puede ser una lista de reproducción de Spotify realizada por el propio museo, bebidas calientes gratis si adquieres una crepe de Navidad en el restaurante del centro de arte, descuentos y ofertas exclusivas para eventos culturales para los que abran cada una de las casillas de las del calendario, etc.

En España, en el 2015 el Museo Cerralbo trajo esta tradición para exponer sus obras en las redes sociales. Cada día ponían en sus perfiles una imagen de su colección que tratasen del tema invernal o de la época de la Navidad y lo llevan haciendo así en su perfil de Facebook durante tres años seguidos. Y ahora, en la temporada de adviento de 2017 Cases Singulars de Barcelona se suman a esta iniciativa. En una próxima publicación trataremos la originalidad que ha aportado este proyecto.

 

Con todo, ya sean instituciones españolas o internacionales, conviene que los museos y organismos culturales interactúen con los usuarios de las redes sociales aprovechándose de fórmulas asentadas en el público. Si el calendario de adviento se está usando en supermercados, pero también en todo tipo de empresas, ¿por qué no pueden recurrir los museos e instituciones a él? ¡Sean bienvenidas todas las nuevas propuestas que conectan los fondos de las instituciones con los internautas!

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