Arte y cómic: una influencia de ida y vuelta
Cuando nos movemos en un entorno creativo, sea la disciplina que sea, es lógico que exista un diálogo constante entre las diferentes artes. Los cineastas y los fotógrafos toman las composiciones y las perspectivas de la pintura, los pintores han llevado a sus lienzos los encuadres de la fotografía, la danza toma la escenografía del cine y del teatro, etc. Así que es normal que entre los grandes dibujantes (tanto los creadores de cómics como los pintores, escultores y los diseñadores, cuya base de trabajo está en el dibujo) haya una influencia de ida y vuelta.
En la actualidad hay muchos historiadores del cómic que intentan determinar cuál ha sido el peso real de la historieta sobre el arte de las vanguardias. La evidencia principal está en “Sueño y Mentira de Franco” de Pablo Picasso. El artista malagueño estructuró en este grabado de 1937 una acción en 9 viñetas, exactamente como una historieta. De Picasso incluso circula una curiosa anécdota: que había creado un cómic en su día, simplemente como ejercicio creativo, pero, al no conservarse ningún ejemplo ni haber ningún testigo de los dibujos, este acontecimiento entra dentro de la categoría del mito. Unos 25 años después llega el segundo hito de la influencia entre arte y cómic: las viñetas presentes en los cuadros de Roy Lichtenstein que se han convertido en un icono del pop art.
Volviendo a Picasso, se puede afirmar que el cubismo y todos los movimientos influenciados a partir de esta vanguardia, están ligados indisolublemente al cómic y a la historieta gráfica por su manera de representar espacio y movimiento. Los cubistas querían desarrollar en las dos dimensiones del papel y del lienzo figuras desde varios puntos de vista. Las vanguardias deudoras del cubismo, como el futurismo y el constructivismo, toman esa forma de representación de las figuras y, además, multiplican las acciones de un mismo personaje en diferentes lugares del cuadro.
Joaquín Torres García está presente en la colección MAPFRE con otra obra constructivista: “Arte Constructivo” de 1938. Aquí no hay una escena, sino que hay varios símbolos representados, cada uno dentro de su propia celda. Exactamente igual que una página de un cómic, aunque la relación no sea directa.
En resumen, mientras esperamos un estudio definitivo de la influencia del cómic en el mundo del arte de las vanguardias, podemos hacer miles de especulaciones acerca de cómo se relacionaban los artistas con estas obras gráficas. Mientras, en la obra en papel de la colección de MAPFRE podemos buscar las relaciones entre las diferentes disciplinas creativas que tienen el dibujo como base.
Es la primera vez que leo algo de ustedes y me pareció muy interesante, además soy un admirador de Joaquín Torres García entre otros. Saludos.