ARCOmadrid 2019: la normalidad del mercado del arte

Hace una semana se desarrollaba la última edición de ARCOmadrid 2019, la más importante feria de arte contemporáneo de España. Por supuesto, las primeras noticias que tuvimos tenían relación con la polémica. Pero conviene recordar que, al contrario de todo el ruido que se genera en los medios de comunicación, ARCOmadrid es, por encima de todo, una feria con galerías de arte. Y, por tanto y dentro de lo que cabe, es conservadora: lo importante es vender y generar confianza entre sus compradores.

Antes de entrar puramente en el arte, quería recordar cómo Renfe ha aprovechado el poder del arte contemporáneo para presentar una excelente acción publicitaria creada por la agencia Shackleton. Con #LaObraMásCara denunciaron las pintadas de grafitis en los vagones de tren. Según los cálculos de la empresa ferroviaria, cada año se gastan 15 millones de euros en limpiar estas pinturas. Así que decidieron exponer una puerta de un tren, intervenida por numerosos grafitis, en un stand en medio de los oficiales de la feria. Un monitor mostraba el número de 15 millones de euros, pero bajaba sus cifras cada vez que alguien tuiteaba la etiqueta #LaObraMásCara, en una especie de subasta inversa y simbólica. Según indicaban, era una manera de dar a conocer los efectos de las gamberradas de algunos y de lo que cuesta su limpieza al erario público. La acción no se limitó a ARCOmadrid, sino que se acompañó de una buena publicidad en medios de comunicación.

La obra más cara en el stand de Renfe.
Imagen de la página de Facebook de Renfe

Volvamos al arte que había en ARCOmadrid. Me gustaría resaltar aquellas obras que me han parecido más interesantes. La primera, en la galería de Bruselas Meesen de Clercq. En ella se exhibían las obras del peruano Nicolás Lamas de la serie Archaeology of Darkness. Eran dos piezas: en cada una de ellas una máquina de reproducción moderna, tipo fotocopiadora, funcionaba como peana de una estatua de yeso que remitía a esculturas clásicas grecolatinas. Esta obra puede ser interpretada en relación al mundo de la copia de la pieza artística, con una conexión de más de dos milenios: si hoy estamos en la época de la reproducción digital y la impresión 3D, que permiten la réplica exacta, en la época romana también se realizaban copias de las grandes esculturas griegas.

Carlos Lamas. Archaeology of darkness
Imagen de la web del artista

También miraba a la escultura clásica Daniel G Andújar en la Galería Àngels de Barcelona. En Hacking the canon. Liberated models presenta 18 imágenes de estatuas clásicas muy reconocibles, modelos para el canon clásico. Daniel G Andújar pirateó estas imágenes y las (re)prensenta con las tramas y gráficos propios del 3D. Al lado, las reproducciones en 3D de dichas esculturas. Es una manera de tomar el ideal clásico, todavía vigente, y traerlo a los códigos del siglo XXI.

Daniel G Andújar. Hacking the canon. Liberated models Imagen de Àngels Barcelona

Otro de los artistas que mira al mundo de los clásicos es Michelangelo Pistoletto, presentado por la Galería Giorgio Persano de Torino. Este creador ha expuesto dos obras de 2018 en las que retoma el espejo como medio de expresión. En una se recorta un hombre apoyado en una mesa, mirando la pantalla de su móvil; en otra es una mujer que aparece en una silla, con los ojos puestos en su teléfono. Smartphone – uomo appoggiato y Smartphone – giovane donna 6 movimenti A hacen que cualquier espectador del público se refleje en esa nueva realidad de nuestro tiempo, en la que estamos inmersos en los teléfonos móviles.

Las dos obras de Pistoletto presentes en ARCOmadrid 2019

Por último, demos una vuelta por el arte realizado con las nuevas tecnologías. El Premio Arco/Beep de Arte Electrónico de esta edición de Arco Madrid fue para The Wall of Gazes de Mariano Sardón. Lo pudimos ver en la Galería Ruth Benzacar de Buenos Aires. Esta pieza se presentaba en forma de vídeo, a partir de una pieza interactiva: en ella había 6 retratos bajo una capa negra y era el movimiento de la mirada de los espectadores el que destapaba esa oscuridad, revelando poco a poco el rostro escondido bajo el cuadro en forma de las líneas del movimiento de sus ojos.

Wall of Gazes, de Mariano Sardón
Imagen de la web del artista

Otra de las obras que permitían la interacción del público gracias a las nuevas tecnologías fue Composition color M3. 1 de Santiago Torres, de la Galería Denise Rene de París. Con una pantalla táctil se podía cambiar las formas geométricas de esta composición, pero también los tamaños y colores. Esta es una manera diferente de creación de una obra nueva, como los softwares que crean diferentes apariencias en los trabajos autogenerativos de Rafael Lozano-Hemmer en la Galería Max Estrella de Madrid.

En definitiva, ARCOmadrid hay que examinarlo siempre sin perder de vista el arte. Y el de esta edición ha mantenido ese equilibrio entre la necesidad de presentar proyectos contemporáneos de las galerías y las ganas de vender las piezas que tienen los galeristas. Si buscamos algo impactante, hay que ir a otras secciones que nada tienen que ver con la creatividad.

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