La escultura de Cristina Iglesias en La Pedrera
La escultura de Cristina Iglesias se adueña del espacio de exposiciones de la Pedrera de Barcelona en la nueva muestra “Pasajes”. Con sólo unas 30 obras, en las que la obra escultórica destaca sobre el resto, se consigue llenar el ámbito expositivo. Pero también se invita al visitante a adentrarse en la atmósfera que conforman las piezas artísticas con la arquitectura de Gaudí.

Arquitectura de Gaudí y escultura de Cristina Iglesias
Cristina Iglesias comentó en una visita exclusiva para prescriptores culturales que la muestra en la Casa Milà fue todo un desafío. “La exposición comienza cuando entras en el edificio”, afirma. Y por eso pone el espacio gaudiniano al servicio del recorrido por sus esculturas. Se trata de una muestra de arte muy bien pensada para habitar el edificio de Antoni Gaudí, con una selección de piezas que dialogan con las columnas desnudas, con los techos decorados con formas orgánicas y con el recorrido por las salas abiertas.
Mientras en otras exposiciones de escultura, como la de “Arte en piedra”, las ventanas del primer piso se abrían para inundar de luz las obras, aquí se vuelven a cubrir los vanos para concentrar la atención en el interior. Se adapta la planta para crear un itinerario abierto por el que se sitúan aquellas obras de Cristina Iglesias. Algunas esculturas se mantienen exentas, otras necesitan de un muro para completar su escenografía artística.

Un recorrido físico y emocional por la escultura
En una concepción extraordinariamente contemporánea de la escultura, Cristina Iglesias ha seleccionado una serie de piezas que necesitan ser transitadas para observarlas y vivirlas. Para algunas, como Corredor suspendido II, se puede escoger un camino exterior y no disfrutar de una experiencia inmersiva. Pero otras, como Habitación vegetal III o Bosque mineral solo se pueden contemplar atravesándolas, contemplando cada detalle, cada cambio de perspectiva a cada paso.
Entre estas esculturas inmersivas se sitúan otras que sirven como descanso visual y contemplativo. Esto se observa en sus Pozos, unas piezas a las que asomarse para detenerse en cómo el agua llena y vacía las formas orgánicas y minerales de la escultura. Un canto al paso del tiempo que rompe el estatismo de la escultura. También en Turbulence se aprecia la tensión entre la quietud de la pesada pieza y la agitación de su vórtice central.

La organicidad de la obra de Cristina Iglesias
En el recorrido con la artista explicó parte de su proceso creativo. La observación de la naturaleza, con la superficie de las rocas erosionada por los fenómenos atmosféricos, le permite recrear esas formas en su estudio. También las formas orgánicas de los conjuntos de ramas sirven de punto de partida para su trabajo escultórico. Todas ellas componen la piel de las esculturas, ya sea en paredes, columnas, espirales, para formar piezas evocadoras para los visitantes.

Un evocador laberinto de escultura y arquitectura
Con todo, la exposición de Cristina Iglesias en La Pedera invita a los espectadores a recorrer el espacio con sus movimientos, con las miradas y con la memoria. Con los ojos y el caminar para observar las obras al completo. Con la memoria para interpretar en Corredor suspendido II la relación con las celosías de la tradición islámica, para leer las letras que se forman en las tramas. También para reconocer formas naturales en las paredes, columnas y pozos que han creado las esculturas en una especie de nueva naturaleza artística. La propia Cristina Iglesias comentaba que no hay un significado cerrado para cada obra, que todos pueden encontrar una explicación de cada pieza en su pasaje por la exposición.
Sólo hay que atreverse a experimentar este nuevo laberinto de arte que se ha formado en La Pedrera.

Exposición “Cristina Iglesias. Pasajes”. Hasta el 25 de enero de 2026 en Fundació Catalunya La Pedrera
